Podría creer, por lo menos decir, haber sentido tu perfume en mi alcoba. Los recuerdos florecieron como la primavera; de nuevo tocan a mi puerta. Desde que te fuiste, aquella alcoba vieja por el pasar de los años a perdido su magia, su color, tu rostro de pinceladas sutiles, que miraba fijamente cada mañana mientras dormías, debajo de mis sabanas blancas, nuestra cama, esos segundos, minutos, horas que compartíamos me parecían los mas hermosos con tan solo sentir tu respiración y la mía colisionando como las cataratas sobre las rocas. No existía el tiempo, el reloj marcaba las 12 y aun seguíamos viéndonos como si no hubiera un mañana. Ese sentimiento de vida que abraza con el calor más honesto, sincero, que nadie podría pagar. Porque estar a tu lado es como vivir una etérea travesía, sin lugar a obstáculos que logren quebrantar lo que tú y yo sentimos. El santuario donde puedo curar todas mis heridas, eres como el toque de Midas que podría convertir cualquiera de mis desgracias en oro puro. Por eso escribo acerca de tu ausencia, que rompe mi corazón, desconsolado, grita por siquiera volverte a ver y sentir de nuevo aquel perfume, que despierta la lucha por seguir adelante. Es simplemente tu esencia, que causa en mi un estado de gracia, de amor, hacia la única persona que jure nunca amar, porque sabia de las consecuencias, los problemas, y aun así… No podría vivir, tan solo imaginar la vida sin ti. Es mi cruel verdad, a pesar de todo, mi hermosa realidad.
Tu siempre confidente he incondicional Amante…